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La impresión de revistas. Un trabajo en femenino plural

La presencia de las mujeres en el trabajo editorial ha sido una constante a lo largo de los siglos, pero su presencia ha sido olvidada.

Desde la Edad Media, como copistas y desde los inicios de la imprenta, la mujer ha desempeñado un papel importante para la industria de la impresión.

Anna Rügerin fue la primera mujer impresora de la que tiene conocimiento el mundo. En 1484, en un pequeño taller en la ciudad de Ausburgo, Alemania, Anna se atrevió a escribir su nombre en el colofón de los libros que se imprimían en su taller. El primero de ellos fue la Biblia de Gutenberg. 

En España, destacan nombres como Juana Millá, quien fue la primera mujer que firmó con su propio nombre, el libro fue Hortulus Passionis. Se trata del libro titulado Hortulus passionis in ara altare floridus, publicado en Zaragoza en el año 1537.

Por otro lado, Isabel de Basilea, fue hija, esposa y madre de impresores. Contrajo matrimonio muy joven con un oficial del taller de su padre, Alonso de Melgar, y a la muerte de su padre en 1517 se hicieron cargo del negocio familiar. Isabel de Basilea enviudó en 1525 murió en 1525 y al año siguiente la obra Las leyes y premáticas reales hechas por su magestad en las Cortes de Toledo figuró realizada por la «honesta viuda de Alfonso de Melgar».

Jerónima Gales, que se hizo cargo de la imprenta tras la muerte de su marido.  Fue una de las impresoras más conocidas de su época, no solo por el largo período que ejerció como tal, sino también por sus proyectos editoriales y calidad de todas sus publicaciones. Tras la muerte de su marido, en 1556, se hizo cargo de la imprenta del fallecido, figurando como viuda de Juan Mey.

Bajo su supervisión, taller familiar de los Mey imprimió más de 250 libros. Entre los encargos figuraban las instituciones valencianas más importantes de la época, como «l’Estudi General», «el Consell Municipal», «la Generalitat», «l’Arquebisbat de Valencia» o el «Hospital General».​

Entre los siglos XVI y XIX, según el trabajo «Mujeres impresoras» de la Biblioteca Nacional de España, la mayoría de estas mujeres «eran viudas e hijas de impresores que heredaron el negocio familiar y se encontraron en situación de darle continuidad».

Según este mismo trabajo, la mujer no participó únicamente en los trabajos de gestión, sino que «intervino activamente en la actividad tipográfica, perfeccionando los tipos, expandiendo el negocio familiar con gran éxito comercial y contribuyendo en diferentes grados a la difusión de las ideas y la cultura de su época».

Impresoras importantes en estos años fueron, también:

  • Francisca Gutiérrez. Viuda de Querino Gerardo (1588-1589)
  • María Ruiz. Viuda de Alonso Gómez (1584-1595)
  • Ana de la Peña. Viuda de Sebastián Trujillo (1570-1572)
  • Juana Millán. Viuda de Pedro Hardouin y Diego Fernández (1537-1544) y (1548-
    1549)
  • María Solórzano. Viuda de Bartolomé Nájera (1562-1573)

… Y así, un sinfín de mujeres impresoras. Os invitamos a que podáis leer «Mujeres impresoras», un documento abierto al público.

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